Según el informe de Inverco, la tasa de ahorro de los españoles es de las más bajas de Europa. En septiembre de 2018 se situó en el 4,7% de la renta bruta disponible, siendo la más baja desde el primer trimestre de 2008 y por debajo del promedio de 9,2% desde el año 2000.
Un español con el sueldo medio de 2.244 euros/mes ahorra de media unos 105 euros de media.
Dado que el consumo de los hogares está creciendo más que la renta bruta disponible, el ahorro está siendo penalizado, reduciéndose hasta niveles históricamente bajos.
En el 2009, cuando estábamos en plena crisis, la tasa de ahorro rozó el 14%.
Así, la tasa de ahorro española, no sólo no está cerca de su promedio histórico, sino que, además, sigue estando lejos del promedio del área del euro, la cual se situó en el 11,9% en 2017 (último dato disponible). Es decir, España sigue estando en el grupo de países europeos en los que su tasa de ahorro ha estado históricamente por debajo del promedio del área del euro y muy lejos de Alemania, que es uno de los países con mayor tasa de la zona euro (17,3% en 2017). Junto a España están países como Portugal (4,7%) o Italia (9,6%), donde la tasa de ahorro ha estado por debajo del promedio del área del euro.
La estadística son eso números generales, hay personas que ahorran mucho más del 10% de sus ingresos al mes.
Ahora bien, es tarea de todos, poco a poco, incrementar nuestra salud financiera con un aumento del porcentaje de los ingresos que se destina al ahorro. Para ello, es muy importante identificar los objetivos que tenemos en el medio y largo plazo para poder cumplir con nuestros propósitos en el corto plazo. Fijar metas que nos lleven a la acción por su relevancia y gran impacto en nuestra vida es lo que nos permitirá mantenernos firmes en nuestro buen habito de la «hormiguita ahorradora».
De esta forma ya no será noticia que la tasa de ahorro de los hogares españoles es de las más bajas de Europa.